Se dice que el dirigente no se adapta al cambio, lo genera. La frase queda bien, es ocurrente, pero en cualquier caso, no es al cambio a lo que hoy nos enfrentamos, si no a mucho más: Nos enfrentamos a la desaparición de un mundo y el advenimiento de otro. La realidad social y económica de hoy en día, tan distinta a la de hace unos pocos años, ha llegado para quedarse, y requiere que encontremos al dirigente adecuado, al dirigente perdido.