En las organizaciones resulta recurrente el hecho de que, ante el problema, ante una situación problemática, se ignore la verdadera naturaleza de la misma.
Es frecuente encontrar organizaciones sumidas en la autocomplacencia, ajenas a cualquier realidad que trate de desmentir su cómoda situación. El resultado será, indefectiblemente, una andadura con paso firme hacia una situación crítica o un entorno conflictivo que puede derivar en la misma.
Peor que tener un problema es tenerlo y no saberlo o, lo que resulta equivalente, negar su gravedad, autoconvencerse de su inocuidad o, lo más común, confundir el problema con sus efectos, ignorar sus causas o no llegar a definirlo correctamente.
Siempre que esto ocurre, la situación dentro de la organización se degrada de forma silenciosa y progresiva y acaba surgiendo la crisis. Leer más