En conversaciones mantenidas con empresarios y máximos dirigentes empresariales, resultan recurrentes comentarios del estilo de “mi equipo no me sigue”, “parece que estén dormidos”, “se diría que la cosa no va con ellos” “no toman iniciativas”, “mis directivos no generan ideas”, “se les pasan cosas importantes”, “se mueven por inercia”, y un sin fin de comentarios parecidos en el mismo sentido que se podrían resumir en la frase del líder “cuando me doy la vuelta veo que estoy solo”.
En realidad hasta los mejores equipos pueden en algún momento estancarse y su entusiasmo inicial puede dar paso a la inoperancia, a la rutina, a la autocomplacencia, a la acomodación y a la falta de innovación y asunción de desafíos, lo que se concreta en:
- Crisis de identidad y de valores.
- Falta de liderazgo en directivos y mandos.
- Pérdida de propósito, entusiasmo y compromiso.
- Incertidumbre y desorientación respecto de los objetivos de la organización.
- Sentimientos de angustia, de culpa, resignación y resentimiento
La consecuencia de ello es:
- Pérdida de talento.
- Equipos anclados en la inacción y en la parálisis.
- Desmotivación y bajo rendimiento
- Disminución de negocio.
Ante la sospecha de esta situación se requiere un diagnóstico oportuno que permita entender la situación que causa el nivel de baja energía o desmotivación del grupo cuyas causas, entre otras, pueden ser:
- Extrema presión.
- Exceso de carga laboral.
- Falta de reconocimiento.
- Frustración de las expectativas profesionales.
- Liderazgo deficiente.
- Organización carente de misión, estrategia u objetivos.
Situación a la que se debe hacer frente:
- Involucrando a los miembros de la organización en el proceso de toma de decisiones.
- Dando visión de conjunto a los diversos equipos de trabajo en las diferentes áreas de la organización creando canales de comunicación organizacional, a través de los cuales fluya la información sobre el entorno competitivo que las rodea.
- Desarrollando la identidad de la empresa.
- Fortaleciendo la socialización organizacional aumentando el sentimiento y orgullo de pertenencia.
- Formando específicamente para afrontar estas situaciones.
Para lo que es imprescindible conseguir:
- El reconocimiento de la aportación del equipo de colaboradores.
- El incremento del contenido de los puestos de trabajo.
- El incremento de la motivación del equipo.
Cuando se identifica este escenario en la empresa, si se quiere cambiar la realidad, es necesario aplicar un PLAN PARA REVITALIZAR AL EQUIPO DE COLABORADORES con ayuda experta, lo que también exige un alto compromiso e implicación de la Dirección General, la Dirección de Recursos Humanos y del resto de ejecutivos, en el diseño, aplicación y seguimiento del plan de revitalización, implantando una serie de acciones y palancas efectivas para conseguir:
- Generar una actitud proactiva en el equipo.
- Pasar del pesimismo al compromiso.
- Adecuar los miembros del equipo al modelo de negocio deseado.
- Incrementar el “empowerment” y la asunción de responsabilidades.
- Incrementar la satisfacción de los clientes.
- Mejorar la cuenta de resultados.